El electorado radical recordará la polvareda desatada en las internas pasadas de su partido en Misiones, cuando en medio del desconcierto los radicales interneaban más de lo que proyectaban. Pero con la llegada de, en principio María Losada, luego Germán Bordón y por último Hernán Damiani (todos presidentes de la UCR) el centenario partido se normalizó.
Pero para que lo hicieron. Para ganar elecciones o para que los personajes de siempre lleguen a lugares de poder para después, ellos hacer enroques particulares. Por supuesto dejando de lado la ideología y priorizando sus economías personales. Una lógica de algunos radicales que se “reinventan” para cada elección.
Ahora a jugar perder. El partido radical está jugando a perder para las próximas elecciones de 2015. Porque Luis Pastori, en caso que su precandidato a gobernador Gustavo González gane las elecciones internas de la UCR, y se conforme un frente, él deberá bajarse para ceder su lugar, según cuentan los pasillos políticos, Héctor “Cacho” Bárbaro sería el elegido.
En este sentido Pastori iría como candidato a intendente de Posadas. Una movida estratégica que hay que ver como cae a los electores radicales y a los que trabajaron para refundar el partido luego que el actual gobernador Maurice Closs, siendo presidente de la UCR, traicionara a sus pares para conformar el Frente Renovador.
Entonces la idea es clara. Jugar a perder las elecciones provinciales, y conformarse con ganar escaños en la Cámara de diputados de Misiones. Evidenciado que poco les importa ejercer el poder en el Ejecutivo. Esto viene a colación, en el sentido de que no siempre las cosas son tan sencillas como parecen. Lo lógico, en toda contienda es “jugar a ganar”. Pero a veces, la lógica queda de lado, y otros intereses, más o menos ocultos, llevan a tirar “para atrás”, por móviles a veces inimaginables.